STEPHEN GREY, ANDREY KUZMIN Y ELIZABETH PIPER / AGENCIA REUTERS

MOSCÚ, Rusia.- Desde que Vladimir Putin comenzó a consolidar su poder en Rusia, en la década de 1990, muchos de sus amigos se han hecho muy ricos. Pero no así el presidente, según cuentan sus allegados, que insisten en que Putin está por encima de la tendencia de acaparar capital que ha caracterizado a su administración. Sus finanzas personales muestran a un hombre austero y modestos. En abril, el mandatario declaró que en 2014 registró ingresos por 7,65 millones de rublos (U$S 119.000), la propiedad de un apartamento en Moscú y otro en San Petersburgo y una participación accionaria en un estacionamiento.

A su hija Katerina le va considerablemente mejor, ya que cuenta con el apoyo de varios de los amigos adinerados del presidente ruso, según pudo constatar la agencia de noticias Reuters. Luego de especulaciones de la prensa rusa, sobre la identidad de Katerina, una destacada figura del país europeo afirmó que ella usa el apellido Tikhonova. Andrey Akimov, vicepresidente del banco ruso Gazprombank, comentó que había conocido a Katerina cuando era niña y la había visto más recientemente, y que Tikhonova, de 29 años, era la hija de Putin.
 
La agencia Reuters también supo que este año Katerina se describió como la “cónyuge” de Kirill Shamalov, hijo de Nikolai Shamalov, un viejo amigo de Putin. Shamalov padre es accionista en el Banco Rossiya, que funcionarios estadounidenses describieron como el banco de la elite rusa. Como marido y mujer, Kirill y Katerina sumarían participaciones corporativas por unos U$S 2.000 millones, según estimaciones de analistas financieros.
 
Esa riqueza se basa, mayormente, en la participación en una compañía petroquímica y de gas que Kirill compró a Gennady Timchenko, otro viejo amigo de Putin. Entre las propiedades de la joven pareja también figura una casa en Biarritz, Francia, cuyo valor es de unos U$S 3,7 millones. Kirill se la compró a Timchenko, un empresario multimillonario que conoce al presidente desde la década de 1990.

Katerina también tiene éxito en el mundo académico y maneja varios proyectos de fondos públicos en la Universidad Estatal de Moscú. Una revisión de Reuters de documentos públicos reveló que la hija menor del presidente ha firmado contratos de varios millones de dólares con organizaciones estatales para que entidades que ella dirige realicen trabajos en la universidad. No hay indicios de que esta tarea le haya generado ganancias personales.

Tiene una posición destacada en la universidad y ayuda a dirigir un plan de U$S 1.700 millones para ampliar su campus. Entre sus asesores en la institución figuran cinco miembros del círculo íntimo de Putin, entre ellos dos ex oficiales de la KGB que la conocieron cuando era niña. Ambos sirvieron con su padre en la década de 1980 cuando el mandatario fue destinado a Dresden, en Alemania Oriental.

La hija mayor de Putin, Maria, también está vinculada a la Universidad Estatal de Moscú. Es graduada del Departamento de Medicina Básica y se especializa en endocrinología, según documentos públicos. Katerina, Maria y Kirill Shamalov declinaron hacer comentarios para este artículo. Al ser consultado sobre la casa de Biarritz, un portavoz de Timchenko dijo que no se referiría a temas personales. La adquisición de acciones, acuerdos con empresas estatales, la propiedad francesa y las conexiones con la oligarquía ofrecen un inusual vistazo de la vida de las hijas de Putin. El presidente ha tenido una actitud muy protectora sobre su vida privada y la de sus hijas, quienes aparecen poco en la prensa. Estas transacciones también dan una idea de las finanzas familiares del hombre más poderoso de Rusia y de la elite que ha formado a su alrededor.

Nueva aristocracia

Katerina y Kirill, de 33 años, son parte de una nueva generación de rusos que vive un rápido ascenso debido a las buenas conexiones de sus padres. El fenómeno se asemeja a lo que sucede en China, donde los hijos y los nietos de líderes del Partido Comunista han ganado posiciones de poder y amasado grandes fortunas.

Otros descendientes del círculo de Putin con creciente influencia son: Boris Kovalchuk, hijo de Yuri Kovalchuk, el mayor accionista del Banco Rossiya; Gleb Frank, hijo del ex ministro de Transporte Sergei Frank y yerno de Timchenko; Igor Rotenberg, hijo del multimillonario Arkady Rotenberg y ex compañero de judo de Putin; y Sergei S. Ivanov, hijo del jefe de gabinete del Kremlin Sergei B. Ivanov.

Olga Kryshtanovskaya, socióloga y ex miembro del partido Rusia Unida de Putin, señaló que en el país emerge una nueva aristocracia en la política y en las compañías estatales, en la que una segunda generación hereda el estatus del actual círculo del presidente. “Muchos en la sociedad piensan que no se lo han ganado y cuestionan quiénes son realmente estas personas”, observó la especialista.

En una entrevista con Reuters, el líder opositor Alexei Navalny habló de un “sistema neo feudal” que amenaza dominar cargos estatales y grandes negocios. “Hoy en Rusia es absolutamente normal que los directorios de los bancos sean encabezados por los hijos de funcionarios del servicio de seguridad, que ni siquiera tienen 30 años cuando son nombrados”, advirtió. “Es más que una sucesión dinástica. Los hijos no sólo heredan los cargos de sus padres, sino también el derecho de elegir otro cargo que quieran. El peligro es que muy pronto todos los recursos clave terminarán en las manos de cinco a siete familias”, cuestionó.

Reuters consultó al Kremlin sobre si Katerina Tikhonova era hija de Putin y si efectivamente estaba casada con Kirill Shamalov, entre otras preguntas. Dmitry Peskov, secretario de prensa de la Federación Rusa, contestó: “no tenemos información sobre la vida personal, ni las conexiones familiares, el estado civil, las actividades académicas, la participación en proyectos determinados y el árbol genealógico de la señora Tikhonova, o de otros individuos mencionados en su carta”.

En comparación con esta nueva generación de jóvenes rusos, Vladimir Putin sigue siendo un hombre de clase media, según su declaración jurada de bienes. Sólo cuenta con su salario y dos departamentos. No mencionó propiedades en el exterior. El portavoz del presidente negó en varias ocasiones que una lujosa propiedad construida en el Mar Negro, y conocida como “El palacio de Putin” fuera del mandatario. La mansión fue financiada por Nikolai Shamalov, padre de Kirill, el hombre que la hija del presidente señala como su esposo.